VÍA DE LA PLATA

Camino de caminos

La Vía de la Plata es el itinerario eco-cultural e histórico que pone en comunicación los territorios del norte y sur por el centro-oeste de la Península Ibérica. Es una ruta usada desde antiguo en las migraciones animales y por comunidades humanas con fines ganaderos, comerciales, militares, espirituales o turísticos. Es por ello que también se denominada “Camino de caminos”, o la “Ruta con mil caminos”, debido a los diferentes itinerarios que por razones históricas, económicas o espirituales se han abierto a lo largo de la historia. A veces superpuestos, a veces divergiendo según el objeto de su trazado:

Calzada Romana de La Plata, es una extensa obra de ingeniería viaria romana cuyo itinerario exacto sigue siendo cuestionado por arqueólogos e historiadores. Para unos, partiría de Sevilla e incluso de Cádiz y atravesando lo que hoy es Extremadura y las provincias occidentales de Castilla y León, llegaría hasta Oviedo o Gijón en Asturias. Otros ponen incluso en duda que su trazado pase por las ciudades de Mérida y Astorga. Actualmente está declarada Conjunto Histórico Artístico en la provincia de Salamanca.
Camino de Santiago del Sur ó Camino Mozárabe, por el que los peregrinos del sur peninsular, los cristianos que vivían en Al-Andalus, llegaban y llegan a Santiago de Compostela, uniéndosele a el, otros itinerarios jacobitas, como el Camino Portugués o el Camino de Madrid, confluyendo todos en el Camino Francés en tierras leonesas.
Cañada Real de Trashumancia que desde los pastos del norte llevaba los rebaños hasta los territorios del sur en búsqueda del adecuado alimento según las estaciones, trasegando con ellos enseres, comercio y cultura, pero también fortaleciendo la exitosa industria de la lana castellana.
Más recientemente el trazado del ferrocarril (actualmente en desuso), la carretera nacional 630, y autovía A-66, que vuelven a buscar los mejores pasos por el Sistema Central a través del Eje norte-sur del oeste peninsular.

Cinco vías pero un solo itinerario eco-cultural que nos va mostrando una excepcional y diversa variedad de paisajes y culturas a través de los diferentes itinerarios por los que atraviesa: pueblos, regiones, provincias, espacios naturales, Reservas de la Biosfera y ciudades Patrimonio de la Humanidad.

Te invitamos a descubrir El camino de caminos, cargado de una única e interesante diversidad biológica, que atraviesa diferentes tipologías de paisajes y ecosistemas de las Regiones de Andalucía, Extremadura, Castilla-León y Asturias. A pié, a caballo, en bicicleta o en otro tipo de vehículo, siempre jalonado por un importante y reconocido patrimonio histórico y cultural: miliarios y empedrados de época romana, descansaderos, abrevaderos para aliviar la trashumancia; innumerables iglesias y ermitas que daban sustento espiritual al peregrino, junto a importantes ciudades patrimonio del oeste español y las nuevas obras de comunicación a través de la Autovía de la Plata.

El itinerario exacto y el medio de transporte lo dejamos a tu preferencia, a tus intereses, como siempre ha sido. No obstante si eres amigo de caminar, te recordamos que está señalizada por la organización Red Arrayán como GR-100 en los tramos de la Reserva de la Biosfera de la Sierra de Béjar-Francia (Salamanca)

Camino mozárabe

Caminos de Santiago hay muchos, de ellos el más afamado es el Camino Francés, que se constituye durante los siglos XI-XIII gracias al impulso que recibió la peregrinación jacobita por voluntad expresa de las altas jerarquías eclesiásticas que entendían que Santiago podía ser el móvil religioso necesario para la lucha de la conquista y ocupación de las tierras musulmanas.

Sin embargo, desde mucho tiempo antes que la tumba del apóstol Santiago fuera descubierta en el siglo IX, existía ya una ruta de peregrinación que se dirigía hacia el extremo occidental del mundo entonces conocido. Los griegos ya situaron una serie de mitos de gran importancia en esta parte del mundo e incluyeron a Iberia como lugar de referencia en cuanto a «Finis mundi», lo que los romanos llamaron “Finis terrae”, el actual Finisterre de la Región Gallega.

El Camino de Santiago del Sur, que recorre el oeste peninsular por la Vía de la Plata, ha estado eclipsado durante mucho tiempo por el afamado Camino Francés. Esta ruta era el paso obligado en su ruta de peregrinación jacobita para la población del sur peninsular, para los cristianos en territorio árabe, o mozárabes, de ahí también su denominación de Camino Mozárabe. Además ponía en comunicación el “finisterre hispano” con las gentes que llegaban a los puertos del Mediterráneo. Culturalmente, si el Camino Francés nos abre las puertas a Europa, la actividad mozárabe, en sus contactos con los reinos cristianos, contribuyó a la difusión de los conocimientos científicos y artísticos orientales por los territorios cristianos del centro y norte peninsular, como así lo atestiguan números elementos de la cultura tradicional que aún perduran en muchos de los pueblos por los que pasa.

Caminos jacobeos hay muchos. Te invitamos a descubrir el que discurre de sur a norte por el occidente español.

Calzada Romana de la Plata

La “Calzada Romana de La Plata” es la más valiosa de la Península Ibérica, ya que conserva, en muchos de sus tramos, un importante patrimonio arqueológico, restos del pavimento, alcantarillas, miliarios, puentes, edificaciones, entre otros elementos estructurales.

El imperio romano construyó en los territorios ocupados, miles de kilómetros de calzadas y vías de comunicación entre los principales puntos estratégicos de carácter militar o comercial, formando una importante red de la que se conservan pocos vestigios como en la de La Plata.

El “Itinerario de Antonino” del siglo III, es la fuente escrita que mayor información nos aporta sobre la red viaria romana y la fuente fundamental para el estudio de estos itinerarios.

La interpretación, hoy en día más aceptada, sobre el trazado de esta Vía, es el que enlazaba Emerita Augusta (Mérida) en Cáceres y Asturica Augusta (Astorga) en León, denominándose “Iter ab Emerita Asturicam”.

Sin embargo está interpretación no es única ni cerrada. Para algunos estudiosos el trazado sólo llega hasta Salamanca con la denominación de “Calzada de la Plata”; para otros partiría de Sevilla o seguramente de los puertos de Cádiz y previsiblemente podría llegar hasta Oviedo o Gijón, para otros no pasaría por las ciudades de Zamora y Astorga……

Su construcción pudo comenzar en el año 139 a.C., pero es durante las guerras civiles romanas, cuando Quinto Cecilio Metello Pio, establece tres asentamientos militares a lo largo de la Vía: entre los años 79 y 78 a.C.: Metellinum (Medellín), Castra Caecilia (Cáceres) y Caelionicco o Vicus Caecilius (Puerto de Béjar). Es entonces cuando se prolonga su trazado, desde el río Tajo hasta el Sistema Central.

A lo largo de su recorrido, era necesario habilitar lugares de descanso y cambio de posta. Es por ello que existían Mutationes, pequeñas instalaciones destinadas únicamente al descanso, avituallamiento y cambio de caballerías, Mansiones, que ofrecían al viajero otros servicios y que en muchas ocasiones coincidían con poblaciones y toda la red viaria estaba jalonada por Miliarios, indicadores pétreos de las distancias recorridas y por recorrer hasta el próximo lugar de descanso.

Las calzadas se realizaban lo más rectilíneamente posible, por lo que los romanos tuvieron que servirse de otras pequeñas obras menores para adecuar el trazado: muros laterales de contención o calzos (de lo que deriva el nombre de calzada), guardacantones, alcantarillas y hasta grandes puentes, que hoy son Patrimonio del la Humanidad y siguen cumpliendo su función como son buen ejemplo los de Mérida, Salamanca, Alconetar, entre otros.

Cañada Real de la Plata

La Cañada Real de la Plata tiene un recorrido total 500 kilómetros, comienza entre Asturias y León, en el Alto de Viganos y muere en Trujillo (Cáceres) con un su itinerario que a veces se solapa con el de la Calzada Romana de la Plata.

Las Cañadas pertenecen a la Red de vías pecuarias y son los caminos trazados por los pastores trashumantes que han venido utilizándose, al menos desde la época prerromana en la Península Ibérica, para el traslado del ganado desde los pastos de verano en el norte a los de invierno en el sur y viceversa.

Parece ser que ya los cazadores paleolíticos acompañaban a las manadas y, tras la domesticación neolítica, los pastores continuaron con estos movimientos, que originaron, con el paso de los siglos, una compleja red de caminos o rutas ganaderas que cruzan de norte a sur la práctica totalidad de la Península ibérica. Sin embargo, la verdadera causa que obligaba a la migración ganadera, se apoyaba en los rudos contrastes topográficos y climáticos peninsulares que hacían necesario el cambio semestral del pastoreo, aprovechando los frescos pastos de altura del verano de clima atlántico y la templanza del invierno en el sur.

Las Cañadas Reales, nacidas ya en la Edad Media son las vías pastoriles que cruzan varias provincias y regiones, cuya regulación corría a cargo de una institución denominada “El Honroso Consejo de la Mesta”, entidad muy potente en España que regulaba su paso y conservación. En la actualidad estos caminos son públicos y tienen una especial normativa para su protección.

La anchura de la Cañada se limitaba, cuando cruzaba tierras de cultivo, a “seis sogas de 45 palmos” o sea unas noventa varas castellanas (una vara = 835 mm y 9 décimas).